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martes, 7 de septiembre de 2010

EL ENCUENTRO CON JESÚS (Frank Castillo)


“Hemos encontrado al Mesías” (JN 1, 41)

Cuando uno observa la sociedad en la que nos ha tocado vivir (sobrevivir), uno se da cuenta que muchos hombres y mujeres de hoy juran y perjuran que se han encontrado con el mesías; existen grupos, movimientos e iglesias que juran ser el lugar donde se encuentra al Mesías Jesucristo. Pero si uno es un tanto critico en la observación de estos “supuestos encuentros”, se descubre muchas veces un encuentro superfluo, alienado e incluso dudoso.

Ante esta situación nos podemos preguntar: ¿cuál o cómo es un auténtico encuentro con Jesús?, ¿qué cualidades tiene dicho encuentro? y ¿qué cambios o compromisos genera dicho encuentro? Estas interrogantes intentaremos responder a continuación.

La palabra encuentro en una de sus muy diversas interpretaciones, significa, “encontrarse con, reunirse con”, pues bien el encuentro es ante todo entablar una relación reciproco-social con el otro. Por tanto el encuentro es una palabra que me abre y me adhiere al otro.

Cristianamente hablando, el encuentro con el Mesías radica en el encontrase- reunirse con el ungido de Dios. O sea con Jesús de Nazaret. Recordemos las hermosas palabras que nos narra el Evangelio de Juan, de cómo se fueron adhiriendo-reuniendo en torno a Jesús los discípulos. Según JN 1, 35- 41. Andrés después de haber escuchado de boca del Profeta Juan el bautista, que Jesús es el Cordero de Dios, éste (Andrés) y otro discípulo, dejan al profeta y siguen al Mesías, Jesús al ver que lo seguían les pregunta ¿Qué buscan?, ellos le preguntan, Maestro, ¿Dónde vives?, Jesús les dice, “vengan y lo verán”. Los discípulos se quedaron todo el día con Jesús. Al día siguiente Andrés busca a su hermano Pedro y le dice “hemos encontrado al mesías”. Esta narración a pesar de ser muy simple en cuanto a su estructura literaria, es muy rica para sacar los criterios o cualidades de un encuentro con Jesús.

Antes que se dé el encuentro entre Andrés y Jesús, se observa en este primero una actitud de búsqueda, Andrés anda buscando una luz, una guía, una esperanza para su vida y para su pueblo. Pues bien podemos decir que para tener un encuentro con Jesús se debe, aunque suene muy obvio, hay que buscar, con insistencia, libertad y responsabilidad. Otra de las cualidades que nace en la lectura, es la actitud de cuestionar, los discípulos le preguntan a Jesús ¿Dónde vives?, el discípulo o persona que desea encontrarse con Jesús debe de tener la capacidad de preguntar, de cuestionar. Después la lectura nos dice toscamente que los discípulos se quedaron con Jesús todo el día y la noche; por lo tanto se observa una actitud de desprendimiento, desprendimiento que no significa alejarse de sus vidas, sino capacidad de vencer sus egoísmos, sus círculos de confort, etc. Y la actitud última que podemos sacar de la lectura es la actitud de testigo del mesías. Recordemos que Andrés sale en busca de su hermano Pedro y le cuenta que se “ha encontrado con el mesías”. Actitud de testificar a todos los demás quien es el mesías. Por lo tanto el que quiere tener un encuentro con Jesús, debe de tener estas cuatro cualidades, para poder empezar a tener una adhesión con la persona de Jesús.

Pero ¿son sólo estas actitudes las que garantizan un real encuentro con Jesús? Pues no. Habíamos dicho que encuentro significa “adherirse al otro”, en este caso adherirse a Jesús. Y esta adhesión la podemos reconocer en la medida que valoramos los hechos y los dichos de Jesús. En fin si partimos de su realidad humana-personal, vista históricamente. O sea el Jesús Histórico.

Cuando leemos los evangelios uno lee y observa a un Jesús, que predica, sana, libera, da de comer, dignifica, come y bebe con pecadores, ríe, llora, sufre, se enoja, ora, etc., en fin a un maravilloso ser humano que vive como cualquier otro ser humano, las facetas de nuestras bellas y únicas vidas humanas.

Si encontrarnos con Jesús, es adherirnos a éste; hay que tratar de encontrar una síntesis entre las palabras (ortodoxia), y los hechos (ortopraxis), de todo lo que Jesús decía y hacia. Esa síntesis se llama “REINO DE DIOS”.

Cuando Jesús nos habla de un Dios que es Padre, cuando Jesús nos predica el amor como mandamiento por excelencia, cuando nos predica las bienaventuranzas, nos está diciendo y contando como es el reino de Dios, nos está diciendo lo que es Dios. Un Dios que se desborda de amor por la humanidad. Por medio de las Parábolas (hijo prodigo), por ejemplo, nos muestra como es la lógica de un Dios que esta siempre dispuesto a esperarnos, a apostar por nosotros a creer en cada uno de nosotros.

Las acciones de Jesús, sus milagros, curaciones, exorcismos, resurrección de Lázaro, etc. Nos está mostrando como el es reino de Dios, de una forma simbólica e histórica- real, está presente en nuestra historia.

Por tanto el reino de Dios, es la MISION de Jesús, y un buen seguidor de este, lo que debe de hacer es construir este reino de Dios, al estilo de Jesús. Este reino tiene sus características y hay que tenerlas claras para no caer es desviaciones y deformaciones. Según el evangelio de Lucas 4, 14 – 20; “Jesús ha venido a este mundo a anunciar buenas nuevas a los Pobres”. Entonces podemos decir que una de las primeras y vital característica del reino de Dios, es que es para los Pobres. Recordemos que tanto las palabras y los milagros dichos y hechos por Jesús, tenían un destinatario casi universal, el pobre, el marginado, el excluido. Otra característica del reino de Dios, es que es una realidad Histórica, que se construye en este mundo. “He venido a traer libertad a los oprimidos”, o sea que ante los problemas de pobreza, injusticia, opresión, muerte, etc. Se debe de luchar por construir una sociedad justa, igualitaria, fraterna, con vida y en paz, en fin una sociedad liberada de los pecados sociales e individuales.

Por lo tanto, el encuentro con Jesús implica adherirse a su proyecto, a su misión, adherirse al reino de Dios, luchando por ser hombres y mujeres nuevos, que nos valoramos como personas e hijos de Dios. Adherirse al reino significa renunciar a los anti-valores de este mundo, drogas, sexo libertino y sin compromiso, muerte, violencia, pobreza y marginación, guerras, ideologías que nos deshumanizan y destruyen. En fin tener un encuentro con Jesús no solo es tener las actitudes de Andrés, sino también estar dispuestos a imitar a Jesús que con su vida dignifico y salvo a los marginados de su tiempo.

En fin pienso que los verdaderos encuentros con Jesús, son muy importantes, tanto cuanto, nos humanicen y nos hagan que humanicemos este mundo. Veo a mí alrededor y los supuestos encuentros más que comprometerme con la historia, me hacen olvidarme de ella, hablo por la mayoría de los grupos evangélicos y de corte carismático en El Salvador, con los criterios bíblicos que hemos discutido creo que estos encuentros son parciales, ya que no hay un compromiso histórico, con la realidad. Ojala luchemos desde nuestra Iglesia, a ser un lugar de encuentro con Jesús, de una forma integral, donde me encuentre con el Verdadero Señor, y con el maravilloso ser humano que es Jesús de Nazaret.

Les dejo abierto el tema, pueden opinar sobre lo dicho, sé que es limitado y no es lo único que cuenta. Para ustedes amigos lectores: ¿Cómo es un encuentro con Jesús? ¿Qué cualidades tiene? ¿A dónde me lleva dicho encuentro? Les dejo abierto el debate. Que el Dios de Jesús nos bendiga a todos.
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