Social Icons

twitter facebook google plus Youtube

domingo, 14 de abril de 2013

La Biblia: experiencia de un pueblo que vincula fe y vida. (Nahúm Ulín)


LA BIBLIA SIN MITOS
Autor: Eduardo Arens

La Biblia, ¿qué es? - Resumen de ideas importantes

Esta pregunta, a primera vista, es simple y sencilla de responder: un “libro” famoso, importante, interesante, pues, es un texto que habla de Dios, de su proyecto, de sus sueños y utopías con la raza humana. Parecería una larga historia llena de símbolos, figuras y palabras complicadas de entender, pues, responde a una cultura, forma de pensar, cosmovisión religiosa y otras cualidades narrativas. Pareciese, cuando se lee detenidamente, que Dios está sujeto a comportamientos humanos, siendo enmarcado en un tiempo y espacio determinado, capaz de dinamizarse en “libertad” a modo de cumplir sus mayores cometidos, como, haciendo del ser humano un objeto de sus deseos. Historias, relatos, poemas, crónicas, estas son las narraciones que aparecen, explicando esta experiencia relacional entre Dios y un pueblo, el judío.

Siendo responsables con la vida y sus manifestaciones cotidianas de emociones como la alegría, el enojo, la desesperación, etc., encontramos que la Biblia nos expone una experiencia que manifiesta la simbiosis entre la realidad humana y la realidad del misterio, dos realidades necesariamente deseadas y buscadas por el hombre y la mujer, no sólo del mundo antiguo, sino, de nuestros tiempos postmodernos, más aún.

La Biblia, compuesta por decenas de voces (tradición oral) y manos (tradición escrita), detallan, en 73 libros, una visión particular de la realidad del misterio. Dentro de la diversidad de “autores” encontramos que no son “personas” particulares, sino, comunidades que compartían su aprendizaje, transmitiéndolo familiarmente a los y las demás. Ver el proceso de estructuración de la Biblia, es mirar un largo camino con diversas huellas del paso del tiempo, un camino no igual, diverso, así como lo es el misterio del vivir y morir. Tomando el ejemplo de las huellas que se dejan en el camino, estas tienen su propia historia, su propio actor, su propio tiempo, su propia marca.
            Ver el libro de la Biblia compilado, ha sido un arduo trabajo de siglos. Como punto importante, ante este estudio para encontrar fundamentaciones ante el evento bíblico, menciono el de la tradición, entendida como “proceso de comunicación”. La Biblia ha sido un libro que, para terminar siendo escrito, tuvo que transferirse de un “emisor” a un “receptor”, conteniendo éste intento comunicativo un determinado ”mensaje”. ¿Qué quiso decir ese mensaje que ahora determina creencias, actitudes y hasta toma de posturas personales? ¿Qué significado poseía esa postura creyente, vista desde el mundo judío? ¿Qué nos quiere decir hoy estos textos antiguos?

            Las anteriores preguntas, han hecho, forzadamente, el tener una mirada más responsable sobre estos textos antiguos. Actualmente, cuando se lee la Biblia, no sólo es importante lo que dice textualmente, sino, la interpretación sobre lo escrito.  Determinar un significado en el texto, es actualizar su mensaje. En este intento de actualización de lo escrito, intervienen las diversas traducciones que han hecho de este libro un objeto de estudio científico. Se conoce que la primera traducción la realizaron – según la tradición – 70 escribas judíos allá por el siglo III a.C. para la comunidad judía de Alejandría, trasladando los textos del antiguo testamento del Hebreo al Griego, lengua oficial de aquel entonces. A este intento se le denominó “Septuaginta o de los Setentas”.

Luego, a finales del siglo IV, se dispuso, a través del trabajo de Jerónimo, trasladar toda la Biblia al Latín, tomando el nombre de “Vulgata”, consagrándose más tarde en el Concilio de Trento en 1546. También, se determina una traducción castellana llamada “Prealfonsina”, datada en el siglo XIII, basándose en la traducción de la Vulgata. Todos estos intentos de traducir en lenguas diversas los textos bíblicos, han sido los que han acercado y han hecho accesible el mensaje de Dios a la humanidad. Este ha sido un largo proceso de comunicación que no ha podido limitarse a la lectura “simple e irresponsable” de algunas fracciones fanáticas religiosas. Es ahí, donde la duda, la cuestionante y la crítica por la búsqueda del mensaje e interpretación actual, da sed al estudio bíblico.

Vinculación del texto con la vida cotidiana
Vivo, desde hace 32 años, en el país de El Salvador, una región que todavía conserva su religiosidad e identidad católica. Observo, especialmente los días domingos, una cantidad inmensa de personas que se agrupan en sus respectivos lugares para religarse con el misterio: “el día domingo es para el Señor”, se dice. Los cultos, las misas, las predicas, los oratorios están basados en preceptos y connotaciones con fundamentación bíblica, en otras palabras, lo que mueve a la gente a reunirse y manifestar su creencia es lo que aparece como el dato textual bíblico.

Hablando un poco de interpretación bíblica, en la mayoría de lugares donde se utiliza este recurso pastoral, se puede observar un pronunciado fanatismo religioso. La Biblia se toma “al pie de la letra”, así y nada más. Todo lo que acontece en la cotidianidad tiene explicación desde este libro, “todo”, aclaro. Considero importante el tocar este punto, ya que, sin los cimientos bíblicos requeridos, toda Iglesia, predica, asistencia pastoral, retiro u otra actividad a fin, no es válida, pues, no goza de fundamento alguno. Esto del fundamentalismo, creo yo, no tiene que ver con lo “fundamental”, bíblica y teológicamente hablando. Pongo un breve ejemplo: es fundamental creer, para entender al Dios de Jesús, en el evento de la Encarnación como el proceso donde Dios toma carne para humanizarse más y, humanizándose en Jesús, proponernos una “nueva humanidad” connotada en lenguaje de “Salvación”. 

En el caso del Cristianismo – Católico, hablar de la encarnación es sinónimo de mencionar, con mayor relevancia, el dogma de la “virginidad perpetua de María”. De lo primero que es fundamental y acaece en los orígenes del Cristianismo – el evento salvífico trascendental de la Encarnación – se pasa al ámbito fundamentalista de la creencia incuestionable de un dogma de fe – la virginidad de María. Considero que el fundamentalismo nubla la posibilidad de ver, en cada texto bíblico, la riqueza de la experiencia del vivir y, como consecuencia, la experiencia del creer, pues, antes que creyentes, somos realidad humana.
Mi experiencia, dentro de la Iglesia Católica, ha sido el ir observando como lo fundamental pasa a un segundo plano y el fundamentalismo toma el puesto doctrinal. Los sacerdotes, catequistas y religiosas – en su mayoría - han hecho de las mediaciones, lo central y, con mayor razón, se “usa la Biblia como piedra que sustenta los argumentos”. Pongo el caso de los sacramentos y su relación con el dominio de las actitudes y opciones de vida de los feligreses: si no estás casado por la Iglesia, Dios no está en tu vida; no podes comulgar si no te confesas primero; aunque ser homosexual no es malo, ellos y ellas no tienen cabida en el reino de los cielos, etc.

Mil y un frases, consignas y lemas enarbolan el uso indiscriminado del fundamentalismo bíblico, considerando, desde mi subjetiva percepción, un error no sólo Teológico – Bíblico, sino, Pastoral. La gente vive con miedo a Dios, la esperanza, la vida, y, por ello, es más sustentable consagrarse al alienante proceso de no cuestionar todo evento humano y ser del montón, nada más. Considero que, por todo lo anterior y muchas cosas que incomodan a mayor gravedad, el uso de la Biblia debe ser de manera responsable y buscando humanizar las diversas perspectivas de la vida.

He sido testigo que el estudiar este interesante texto suscita, más que respuestas, preguntas que potencien el seguir profundizando más y más. Nuestro problema radica en la comprensión de conceptos y esto, obviamente, repercute sin ninguna misericordia en nuestro diario vivir. Pensamos que la experiencia del misterio la determina una estructura, una persona, un dogma, un libro, pero no la realidad y la vida. En estos precisos momentos trabajo con un grupo de jóvenes y he ido comprobando que, cuando los conceptos se reinventan, se profundizan y se viven, toma un nuevo sentido las opciones de vida y de fe. Me da temor y cólera, a la vez, saber que la fe actualmente es objeto de lucro, beneficio y egoísmo, cuando lo fundamental se silencia, a cambio del fundamentalismo que he mencionado. Mis chicos y chicas me han mostrado que Dios es agente humanizado y humanizador, dependiendo, en parte, como se vincule la vida con la fe, desde la Biblia.


Leer más...
 

Reproductor de Música

Canto en Libertad

Curso de Dinámicas para Líderes

Seguidores