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viernes, 23 de diciembre de 2011

El nacimiento del hijo de María

Las siguientes líneas que a continuación les compartimos, las envió nuestro amigo y maestro Mario Méndez, intenso educador en el área de la Pastoral y la Teología. Sin más preámbulos y para que disfruten el contenido, les dejamos esta hermosa y breve reflexión sobre la fiesta de la natividad de nuestro hermano, Jesús.
¡Gracias, Mario, por seguirnos compartiendo tu experiencia!


El nacimiento del hijo de María


Lo que realmente sucedió: no lo sabemos, pues los evangelios no son crónicas ni relatos periodísticos.

Lo que quisieron decir Mateo y Lucas: que, en Jesús, Dios interviene decididamente en la historia, se muestra en la condición humana, en lo débil y vulnerable; que hay esperanza para las víctimas de la pobreza y la exclusión; que es en las luchas de las personas pobres y de las personas excluidas donde se le puede reconocer y encontrar.

Lo que pasó después: Inventamos una navidad a la medida del mercado, cuantificable, con criterios de calidad y eficiencia que se verifican en lo que se compra, se vende, se produce, se recibe y se consume.


Lo que podríamos hacer en latinoamérica: reinventar la navidad, reconociendo a Dios allí donde a ella le gusta estar: en las luchas populares, en la búsqueda de reconocimiento de las personas excluidas por razones de nacionalidad, cultura, religión, género, orientación sexual, condición social; en la esperanza de las víctimas de la violencia; en los movimientos sociales que reinvindican el derecho a vivir en un mundo habitable: un mundo en el que quepamos todas y todos.

Feliz navidad reinventada.

Con aprecio:
Mario Méndez
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“Acabo de verte nacer y me dejaste Perplejo” (Frank Castillo)



Jueves 22 Diciembre de 2011


Acabo de verte nacer y me dejaste perplejo…

Acabo de verte nacer en la alegría de un grupo de personas que se juntan para Agradecer

Acabo de verte nacer en la voz chillona y desentonada de una POSADA muy improvisada… pero Sincera.

Acabo de verte nacer en la disponibilidad de un José y de una rara María, que solamente dan lo que tienen…. Eso que no se puede comprar…. Su SER…

Acabo de verte nacer en la invitación a no ser enconchado y muy antisocial…. Y en la sociabilidad me Desnudaste….

Acabo de verte nacer en la plática con una ex - alumna… y me enseñaste a ser alumno y No Maestro….

Acabo de verte nacer en la fuerza que tiene el SERVIRTE GRATUITAMENTE…. Y me recordaste mis Inicios….

Acabo de verte nacer en una mesa humilde pero compartida, donde todos caben y nadie se queda fuera… Tu mesa no se compra es Gratuita...

Acabo de verte nacer en una actividad desorganizada, un lugar desordenado, unos ladridos de perros fuera de lugar…. Y me recordaste tu ESTABLO DE BELEN….

Acabo de verte nacer en el lugar que menos lo esperaba un albergue para Alcohólicos…. Y tu nacer se convirtió en RETO….

Acabo de verte nacer en las lágrimas de un Cubano Religioso que parte a nuevas tierras…. “Dos agradecimientos dijo: a Dios y a cada persona que conoció, prometió llevarlas  en su Corazón

Acabo de verte nacer y aquí es donde me dejaste Perplejo…. En un agradecimiento de un “BOLO”… que le dijo a los ahí presentes (Laicos Voluntarios mujeres y hombres que dan desde su pobreza, a Religiosos y a uno que otro metido por ahí)  les dijo unas palabras tan sencillas pero tan sinceras que me Estremecieron y te Revelaron como ninguna otra experiencia en aquella noche de diciembre…. El dijo: “Dios los Bendiga”

Y el verte nacer en esta realidad tan marginal, pobre, humilde, necesitada…. Pero tan llena de GRATUIDAD y de ESPERANZA, me recordó que tu lugar predilecto es la “Realidad de los Pobres” donde habitas y donde salvas. ¿Qué Dios tan raro verdad? Un Dios que se revela y salva desde lo frágil, desde lo pobre…

FELIZ NAVIDAD A TODOS…. Ojala encuentren su Belén y que Dios se revelé como él Quiera…. 

Fraterno en Jesús de Nazaret: Francisco  Castillo.
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viernes, 16 de septiembre de 2011

Mirada Enferma

Les compartimos este comentario Biblíco de José A. Pagola, ojala les guste e invite a la reflexión de la misma manera que hizo con nosotros. Fraternalmente: EFAP.

Jesús había hablado a sus discípulos con claridad: "Buscad el reino de Dios y su justicia". Para él esto era lo esencial. Sin embargo, no le veían buscar esa justicia de Dios cumpliendo las leyes y tradiciones de Israel como otros maestros. Incluso en cierta ocasión les hizo una grave advertencia: "Si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de Dios". ¿Cómo entendía Jesús la justicia de Dios?

La parábola que les contó los dejó desconcertados. El dueño de una viña salió repetidamente a la plaza del pueblo a contratar obreros. No quería ver a nadie sin trabajo. El primer grupo trabajó duramente doce horas. Los últimos en llegar sólo trabajaron sesenta minutos.

Sin embargo, al final de la jornada, el dueño ordena que todos reciban un denario: ninguna familia se quedará sin cenar esa noche. La decisión sorprende a todos. ¿Cómo calificar la actuación de este señor que ofrece una recompensa igual por un trabajo tan desigual? ¿No es razonable la protesta de quienes han trabajado durante toda la jornada?

Estos obreros reciben el denario estipulado, pero al ver el trato tan generoso que han recibido los últimos, se sienten con derecho a exigir más. No aceptan la igualdad. Esta es su queja: «los has tratado igual que a nosotros». El dueño de la viña responde con estas palabras al portavoz del grupo: «¿Va ser tu ojo malo porque yo soy bueno?». Esta frase recoge la enseñanza principal de la parábola.

Según Jesús, hay una mirada mala, enferma y dañosa, que nos impide captar la bondad de Dios y alegrarnos con su misericordia infinita hacia todos. Nos resistimos a creer que la justicia de Dios consiste precisamente en tratarnos con un amor que está por encima de todos nuestros cálculos.

Esta es la Gran Noticia revelada por Jesús, lo que nunca hubiéramos sospechado y lo que tanto necesitábamos oír. Que nadie se presente ante Dios con méritos o derechos adquiridos. Todos somos acogidos y salvados, no por nuestros esfuerzos sino por su misericordia insondable.

A Jesús le preocupaba que sus discípulos vivieran con una mirada incapaz de creer en esa Bondad. En cierta ocasión les dijo así: "Si tu ojo es malo, toda tu persona estará a oscuras. Y si la luz que hay en ti es oscuridad, ¡qué oscuridad habrá!". Los cristianos lo hemos olvidado. ¡Qué luz penetraría en la Iglesia si nos atreviéramos a creer en la Bondad de Dios sin recortarla con nuestra mirada enferma! ¡Qué alegría inundaría los corazones creyentes! ¡Con qué fuerza seguiríamos a Jesús!

(Mt. 20, 1-16)


José Antonio Pagola
Fe Adulta / España.


Publicado en: http://www.reflexionyliberacion.cl/articulo/1113/mirada-enferma.html



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miércoles, 10 de agosto de 2011

¿Qué pasa en la Iglesia?


Aquí les anexamos un documento muy interresante sobre la Iglesia y su necesidad de Renovación. Fraternalmente: EFAP.

Existe una profunda crisis en la Iglesia Católica.

Introducción: síntomas preocupantes:

Desde hace años, se ha ido instalando en la conciencia de nuestra sociedad la percepción de una profunda crisis en la Iglesia católica. Para unos, estamos ya en la agonía del cristianismo. Para otros, se trata de lo que ha ido calificándose como involución, “invierno eclesial” (K. Rahner), “retorno a los bastiones”1, golpe de estado de los llamados “teocons” o, con la castiza expresión teresiana: “tiempos recios”.

Prueba visible de esta crisis son, no los conflictos y descontentos internos, sino la tácita y multitudinaria defección de numerosos bautizados. Al redactar estas líneas, leemos el dato (que no podemos confirmar) de que “la fuga de católicos de su Iglesia (es) un uno por ciento anual”2. A eso se añade el hecho de que muchos hijos “pródigos”, perdidos tras una deriva de alejamiento, añoran algún tipo de alimento espiritual y se ponen a buscar pero, de entrada, descartan a la Iglesia católica como lugar de búsqueda. Según un reciente estudio de Demoscopia, la Iglesia es una de las instituciones menos valoradas en España: puntúa un 4′4, por debajo del parlamento y de los empresarios (que superan ligeramente el 5)3. En 1984, la Iglesia había obtenido un 5, de modo que también ahí se refleja un deterioro.

El objetivo de este Cuaderno

Estos son los datos; no tendría sentido ignorarlos o negarlos con políticas de avestruz. Al afrontar esta situación, no pretendemos que nosotros lo haríamos mejor (seguramente no). Sólo quisiéramos que toda la institución tenga la humildad de preguntarse si estaremos haciendo algo mal, en lugar de creer que esas encuestas obedecen sólo a afanes persecutorios. De hecho, la Iglesia española tiene hoy miembros de gran generosidad y de mayor calidad cristiana que los católicos sociológicos de la época de la dictadura. Esos cristianos admirables se merecen una institución mejor. Y para esto casi bastaría con que se dé mas cabida a todas las tendencias que existen en la Iglesia, sin pretender imponer una sola como la verdaderamente católica, desautorizando a todas las demás.

Al hacer este diagnóstico, no damos carácter de síntoma a la pésima imagen que suelen dar de la Iglesia los medios de comunicación, los cuales, por lo general, sólo hablan de ella para comentar algún escándalo (preferentemente de índole sexual o, si no, de carácter económico, o de reales o supuestas peleas internas). Esta pobre imagen es solo espuma, con menos entidad del espacio que ocupa. Y ello es así unas veces por aquella regla clásica del periodismo de que sólo es noticia lo estrambótico; y otras por el dato más serio de que –por mucho que lo nieguen– los medios están en realidad al servicio del dinero y no de la verdad. Pero este detalle es ahora poco significante.

Más sintomático es, en cambio, el modo de reaccionar la Iglesia ante las críticas que recibe: una reacción siempre defensiva, que la lleva a considerarse injustamente atacada o perseguida, sin parar ni un minuto a preguntarse si habrá hecho algo mal o habrá dado algún pie a esas críticas enconadas. Incluso, los medios, emisoras o redes de comunicación en propiedad de la Iglesia parecen hablar única y exclusivamente “pro domo sua” (si se nos permite la clásica expresión ciceroniana), más que para informar objetivamente. Esta incapacidad de recibir serenamente la crítica y examinarse ante su Señor, nos parece la mayor señal de la crisis. Y lleva a que, cuando la crisis se reconoce, sea sólo para echar toda la culpa de ella a la maldad del mundo exterior, y añorar en silencio una antigua situación de poder eclesial y de cristiandad.

Primera aproximación

Aunque a lo largo de este Cuaderno pretendemos analizar esa crisis, cabría decir que la pincelada que mejor la define es la ocupación de todo el espacio eclesial por una sola forma (la más extremadamente reaccionaria) de concebir el cristianismo, con el afán expreso de excluir, expulsar y negar espacio eclesial a otras formas de ser cristiano, a las que se etiqueta con calificativos de radical heterodoxia. Esta pretensión de absolutez, típica de todos los extremos, pretende imponer su propia verdad contra la caridad, en contra de lo que enseña expresamente el Nuevo Testamento (Ef 4,15), y en contra de la gran pluralidad de la Iglesia primera que refleja la Biblia4. Es, además, fuente de increíbles sufrimientos para muchos otros miembros de la Iglesia.

Esta unilateralidad nos parece decisiva por la siguiente razón: hace más de cincuenta años se publicó un famoso libro titulado “Francia país de misión”. Era un juicio sociológicamente atinado sobre el proceso de descristianización en el país vecino. Pero, en lugar de acogerlo como tal y preguntarse a qué se debía, voces oficiales lo descalificaron sin hacerle caso, tachándolo de poco amor a la Iglesia. El resultado ha sido que ese proceso se ha ido propagando, y hoy debemos hablar de España país de misión, o de Europa continente de misión. Pero sigue habiendo demasiadas voces que prefieren desautorizar la realidad y enrocarse en torno a unas minorías ajenas a la historia (e interesadas muchas veces), limitándose a culpabilizar a los demás, para no preguntarse si es que nosotros hemos hecho algo mal, y qué tendríamos que hacer.

El camino

Y bien: en un continente descristianizado como el europeo, la primera misión de la Iglesia sería convertirse de (presuntamente) Maestra, en “mistagoga”: iniciadora en la experiencia deDios. La Iglesia como “madre” debería encarnar esa tarea de tantas madres que iban iniciando poco a poco a los hijos en la experiencia de confianza, adoración y aceptación frente al Misterio que nos envuelve, y al que llamamos Dios.

Ese Misterio que el Señor de la Iglesia caracterizaba como Abba (Padre) y como actuante en la historia, en una marcha de liberación de todo lo inhumano hacia eso que Jesús llamaba Reinado de Dios y que significa el destronamiento de todos los poderes que amenazan la humanidad de lo humano.

Pero nuestra Iglesia se revela demasiado incapaz de suscitar aquello que Rahner definió como imprescindible hace ya cuarenta años: los cristianos del futuro serán gentes con experiencia espiritual o no serán cristianos, como está ocurriendo. En lugar de esforzarse por despertar esa experiencia creyente, la institución eclesial prefiere protegerse reclamando un poder y una autoridad totalmente extrínsecos, y sintiéndose perseguida cuando la sociedad no se los concede. Las “torres” de este enroque pueden ser los cinco capítulos que estudiaremos en este Cuaderno como “llagas” de la Iglesia.

Panorámica

Pero antes, y aunque ahora estudiaremos la crisis desde la actuación y la imagen de la autoridad eclesiástica (principalmente de la curia romana), es justo decir que la autoridad no podría actuar así si no encontrara una buena base en muchos grupos cristianos.

Tratando de enumerar algunos de ellos, intentaremos dar una panorámica sociosociológica de las formas que reviste la Iglesia, en este siglo XXI y, al menos, en Europa.

1. Existen movimientos, grupos o comunidades de excelente voluntad, que viven replegados sobre sí mismos y al margen de la marcha de la historia. Con frecuencia apelan al Espíritu Santo como clave de su existencia; pero incurren en una honda contradicción entre la universalidad del Espíritu y su propio espíritu de gueto. Cuando, en nombre del evangelio, se les pide abrir los ojos al mundo, responden “nosotros no somos una ONG” (cita literal).

2. Existen movimientos de un fundamentalismo cada vez más difícil de disimular, que pretenden salvar a la Iglesia recurriendo al poder y al dinero.

Se da en ellos una inversión entre el Espíritu y la materialidad de lo institucional: de modo que el soplo del Espíritu sólo parece servir para robustecer la institución, en lugar de ponerla al servicio de la libertad y universalidad de Dios. Si el grupo anterior tendía al gueto, éstos tienden a la secta.

3. Hay grupos y comunidades que, ante la crisis eclesial, han tomado la valiente decisión de no avergonzarse de ser cristianos, convencidos de las enormes riquezas que el cristianismo posee y puede aportar. Pero esta actitud valiente parece confundir el no avergonzarse con el no tener de qué arrepentirse. La idea de una necesaria reforma de la Iglesia es vista por ellos como falta de amor a la madre. Por eso suelen degenerar en posiciones más conservadoras de lo que ellos mismos querrían.

4. Hay además infinidad de cristianos “sociológicos” que lo son más por inercia que por auténtica opción y convicción creyente, que se suelen limitar a un cumplimiento más bien externo y que, en situaciones difíciles de conflicto o de prueba, buscarán más bien sortear la dificultad que sentirse llamados a la generosidad.

5. Simétricos de éstos, aunque distintos y más sinceros, aparecen infinidad de “cristianos en crisis”, que suelen decir que ya no saben si creen o no. Se mueven a veces por impresiones afectivas pero, sobre todo, soportan solos la enorme dificultad de ser creyentes en medio de una sociedad más bien hostil o alejada. Aéstos, “el traje de la fe” con el que fueron catequizados, se les ha quedado como el traje “de primera comunión”: no pueden ponérselo ya, pero no tienen otra prenda religiosa con que vestirse.

6. Hay también grupos heterogéneos de cristianos profundamente descontentos con la institución eclesial.

Debemos decir –aunque escandalice– que quizá es entre ellos donde se dan las mayores vetas de calidad cristiana. En unos casos sobrevive su fe porque, a raíz del Vaticano II, se produjo en ellos un encuentro personal con Jesucristo, que ha orientado y sostenido sus vidas y los mantiene en pie a pesar de la soledad eclesial en que viven la fe. En otros casos, ese descontento ha llevado a una asunción acrítica de todos los valores y desvalores de la Modernidad social, como si fuese ésta el verdadero sujeto de la verdad revelada. A estos últimos les cuesta mucho menos desautorizar una verdad oficial de la Iglesia que una verdad oficial del progresismo ambiental.

Lo cual no es bueno en absoluto. Por lo general, estos últimos grupos coinciden con otros varios en los que a veces se apoyan, y que son los verdaderos testigos del cristianismo del siglo XX y XXI. En ellos ha habido figuras eximias tanto a nivel de magisterio teológico como de compromiso cristiano (el cual ha llevado incluso a martirios conocidos, y menos conocidos, vividos muchas veces en una dolorosa soledad y desamparo institucional).

Esta panorámica es, sin duda, demasiado rápida. También es frecuente que los individuos concretos no reproduzcan exactamente el retrato de un solo grupo sino que manifiesten rasgos entrelazados de varios de ellos. Pero, como visión global, puede servir para enmarcar la crisis que vamos a intentar describir en este Cuaderno.

Sabiduría, conflicto y tentación: dos ejemplos bíblicos

Cerraremos esta introducción aclarando que la crisis no se identifica con los conflictos. La conflictividad pertenece inevitablemente a la existencia eclesial, como a toda la existencia humana.

Y la unidad o la comunión eclesial no consisten en la uniformidad y ausencia de conflictos, sino en el amor que tiende puentes de cordialidad y de respeto entre ellos.

Desde sus inicios, la historia de la Iglesia nos habla de una comunidad de judeocristianos asentada en Jerusalén en torno a Santiago, el hermano del Señor, a la que costó mucho superar el judaísmo y que puso infinitas dificultades a otras formas de concebir el cristianismo más abiertas (la de Pedro y Antioquía, o la más radical de Pablo). Pero fueron éstas y no aquella, las iglesias que conservaron, inculturaron y transmitieron el cristianismo. Esta tipificación podría seguirse, con mil revueltas, a lo largo de toda la historia de la Iglesia. Pero ahora debe bastarnos este apunte rápido. En un contexto así, la Iglesia debería tener la sabiduría de Gamaliel cuando, ante la obsesión de las cúpulas judías por acabar con el cristianismo naciente, les recomendaba aguardar ese juicio de la historia (o de Dios en ella desde una lectura creyente) que tantas veces deja morir lo que es estéril pero impide que muera lo que es fecundo, aunque se le persiga (cf. Hch 5,34 ss.).

En segundo lugar, la Iglesia debería saber que la tentación pertenece a la elección y a la llamada de Dios la cual, de inmediato, parece conducirnos a las dificultades del desierto. También la Iglesia puede caer en la tentación de Massá y Meribá, irritando a Dios por su falta de fe, como el pueblo escogido cuando, tras la salida del Egipto preconciliar, no se ha encontrado con la tierra prometida sino con un camino difícil (cf. Ex 17, 1-7; Deut. 6,16; salmo 95,8).

Ciñéndonos al caso español, para cualquier observador ajeno resultaría casi evidente que la actual crisis del catolicismo en España y la hostilidad que despierta cuanto huele a cristiano, no son obra de un gobierno malvado nacido por generación espontánea, sino cosecha de un largo pecado de nuestra jerarquía durante la época de la dictadura y antes de ella. Otra cosa será el que, dada la dinámica degenerativa que tiene todo lo humano, esa reacción de los de fuera no siempre haya sido modélica. Creemos que estos dos ejemplos explican la actitud desde la que redactamos esta reflexión, cuya estructura será la siguiente: en 1832 C. Rosmini publicó Las cinco llagas de la Iglesia5, que poco después sería puesto por Pío IX en el índice de libros prohibidos. Por una de esas paradojas que se dan en la historia de la Iglesia, el autor de esa obra va a ser beatificado ahora. Y siguiendo su título quisiéramos hablar nosotros de las que nos parecen ser la “cinco llagas” de la Iglesia de hoy. Ese será nuestro próximo capítulo.

“No podemos decir con mucha verdad que ya hicimos la opción por los pobres. En primer lugar porque no participamos la pobreza por ellos experimentada en nuestras vidas. Y en segundo lugar porque no obramos frente a la riqueza de la iniquidad con aquella libertad y firmeza empleadas por el Señor. La opción por los pobres, que no excluirá nunca la persona de los ricos…, sí excluye el modo de vida de los ricos, insulto a la miseria de los pobres, y su sistema de acumulación y privilegio que necesariamente despoja y margina a la inmensa mayoría de la familia humana”.

[Carta de Pere Casaldàliga a Juan Pablo II, en ocasión de su visita a Roma.

El País (23-VI-1988), pág. 32].

Xavier Alegre, José Jiménez, Manuel Rambla, José Ignacio G. Faus

Teólogos - Barcelona.

Publicado en: http://www.reflexionyliberacion.cl/articulo/1009/que-pasa-en-la-iglesia.html

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lunes, 27 de junio de 2011

La pastoral en el colegio o el colegio en pastoral (Vladimir Valladares)

Cuando hablamos de la actividad pastoral que se realiza en los centros educativos de carácter confesional –en este caso católico– nos topamos con dos dificultades bastante comunes. La primera, Qué se entiende por pastoral y la otra, Quiénes son los responsables de realizarla.

No existe dificultad en comprender el término “pastoral” como esa acción orgánica que la Iglesia realiza encaminada a un fin específicamente evangelizador. En el centro educativo esa acción está claramente reflejada en un calendario de actividades que buscan generar en los estudiantes experiencia de Dios. Esto si es que existe una planificación pastoral. Me atrevería a decir que en muchos colegios católicos se cree que hacen pastoral simplemente porque tienen una asignatura de formación cristiana o porque preparan a los estudiantes para algún sacramento.

Por otra parte, si en el centro educativo existe, lo que en algunos lugares llaman, Departamento de Pastoral, o Encargados de las Clases de Religión, o Profesores de Educación en la Fe, no se duda en asegurar que estos son los responsables de “hacer” pastoral en el colegio. Pero si estas figuras no existieran, entonces, tampoco se duda en decir que el único y gran responsable es el “cura” o la “monja” según sea el caso.

Pero, ¿esto es en realidad la pastoral en el colegio? ¿Son los antes mencionados a los que se les debe adjudicar toda responsabilidad pastoral?

La respuesta de la segunda cuestión es directamente proporcional al resultado que le demos a la primera. Por lo tanto, lo que nos ocupa aquí es clarificar eso a lo que llamamos pastoral en el colegio.

1. La actividad como pastoral, y no la pastoral como actividad.

Podemos agrupar las actividades que se realizan en los centros educativos confesionales en dos grandes categorías:

a. Las que tienen que ver con cualquier centro educativo, cualquiera que sea su denominación: Actividades académicas, culturales, deportivas.

b. Las que tiene que ver con lo específicamente litúrgico-celebrativo, retiros, clases de religión acompañamiento espiritual, grupos juveniles: Actividades pastorales.

Si dejamos esas categorías así de puras y presidiendo de la cuestión si hay alguna relación entre ellas, podemos concluir sin problema alguno en que así como existen responsables para el primer grupo de actividades, deben existir responsables directos para el segundo. Por lo tanto, la pastoral en el colegio es asunto de algunos y no de todos.

Esto es verdad, sí y sólo sí nuestra comprensión de la pastoral es parcial y la entendemos como un mero conjunto de actividades “religiosas” que se insertan en un calendario escolar paralelas a muchas otras actividades. Visto de este modo la pastoral puede incluso ser tomada como cualquier otro momento extracurricular más.

Pero lo que aquí estamos procurando subrayar es que la pastoral en el colegio no puede ser reducida a meras actividades aisladas como todas las demás y que no es competencia de unos “especialistas” como todas las demás; y mucho menos limitarnos a crear un dispositivo articulador que logre la tan querida interdisciplinaridad entre las asignaturas del currículo. ¿De qué estamos hablando entonces? De que la pastoral en el colegio es, y debe ser, una responsabilidad y un interés de todos aquellos que tienen una u otra incidencia en la vida escolar. ¿Por qué? Porque así como en una parroquia la acción pastoral es un quehacer de todos los miembros de la comunidad, realizada y distribuida en distintos ministerios (pastorales) y momentos –es aquí donde reside el carácter evangelizador de esta– en el colegio toda actividad realizada, toda acción programada, toda opción metodológica, todo ideario, y todo lo ejercido por los docentes dentro o fuera del aula es ya, y deber ser, en sí mismo pastoral; y toda comprensión de ser humano y sociedad que el colegio exprese tiene ese talante evangelizador.

Se podría objetar que la comparación entre la parroquia y el colegio no es válida. Podría no ser válida en cuanto a que ambas obras son en esencia distintas y con objetivos y públicos distintos; pero sí en tanto que ambas, como obras de la Iglesia, tienen una misión en común: Evangelizar.

Esto nos obliga a precisar este término.

2. La evangelización como plataforma de la pastoral

Por Evangelizar hemos de entender el anuncio de la persona de Jesús y su mensaje del Reino como una buena noticia para los hombres de todos los tiempos. A este anuncio le llamaban los primeros misioneros Kerygma: “la certeza de que Dios resucitó a Jesús, que lo constituyó Señor y que el mensaje por él anunciado, la buena nueva del reino, tenía que ser llevado a toda criatura”. Este es el núcleo de la fe cristina. La evangelización implica además del contenido antes descrito un desarrollo pleno de tres fases: la acción misionera o kerygmática (entre los no creyentes), la acción catecumenal o didajé (entre los recién convertidos) y la acción pastoral o diakonía (con los fieles de la comunidad).

Estas fases las desarrolla en su carácter evangelizador tanto la parroquia, en su especificidad comunitario-parroquial, como el colegio confesional con su especificidad académico-educativa.

Esto significa que toda acción realizada en el colegio es, y debe ser, evangelizadora; es decir, que lleva inmerso en las opciones metodológicas, didácticas y pedagógicas; en su concepción antropológica y social; en la selección de la ética o ideario a seguir, etcétera, el mensaje de la persona de Jesús, la oferta del reino por él anunciado, así como los valores por él practicados y las opciones de vida que hizo.

No se trata, entonces, y como algunos piensan, por poner ejemplos burdos, que en cada clase de matemática o química el profesor tiene que hablar de cuestiones de fe, cuando esto sí compete a una asignatura específica. O que hay que hacer oración al iniciar cada acto programado, cuando existen actividades litúrgicas que ofrecerán el espacio para la intimidad con Dios. Se trata de algo mucho más serio y profundo.

Se trata de que cada miembro del equipo académico y administrativo, no importando su posición, sea “un agente de pastoral”; es decir, un evangelizado que ha comenzado un proceso de conversión al reino (metanoia) y adhesión a Jesús; un creyente que es testigo del resucitado y vive la nueva vida del resucitado; por lo tanto, evangeliza a través de sus actos y forma de vida. En otras palabras, así como en pedagogía y psicología se habla de que lo que “educa es el ambiente”, aquí decimos con toda propiedad que lo que “evangeliza, también, es el ambiente”.

Lo dicho hasta ahora nos lleva a comprender la pastoral ya no como meras actividades religiosas puestas en un calendario, sino como la actividad por excelencia, el motor que mueve e inspira todo el quehacer de la vida en el centro educativo.

Es en este punto donde dejamos de hablar de “la pastoral en el colegio” para comenzar a referirnos “al colegio en pastoral”. Es decir, comenzamos a entender la pastoral como la acción misma, como el espíritu que anima el cuerpo educativo. Ya no como acciones paralelas a la vida colegial.

Por lo tanto todos en el colegio “hacen” pastoral, todos son responsables de hacer del centro educativo, no uno más como los demás, sino un espacio evangelizado y evangelizador. Una alternativa educativa, verdaderamente cristiana frente al modelo imperante.

3. Cuestiones pendientes

Lo expuesto arriba nos deja algunos temas e ideas, que por motivos de espacio podemos dejar pendientes por ahora. Pero en las cuales podemos seguir pensando y dando vueltas…

¿Qué dificultades genera esta forma de comprensión de la pastoral en el colegio?
¿Cuánta disposición existe de parte de las autoridades del centro para ofrecer espacios evangelizadores al personal docente y administrativo?
¿Cuáles son los límites entre la parroquia y el colegio?
¿Cómo debe comprenderse la pastoral social en el colegio?

Y algo que particularmente me resuena… y creo que pronto escribiré: ¿Podemos entender la pastoral como Presencia?
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martes, 7 de junio de 2011

Pentecostés (Frank Castillo)

Nos encontramos en tiempos donde se campea por todas partes “voces expertas en temas del ESPIRITU” y a mí no me deja de dar curiosidad como hoy en nuestro país, en nuestra Iglesia y en los grupos fundamentalistas o sectas se dice: “aquí se siente el espíritu, aquí se manifiesta el espíritu, aquí hasta sanaciones hay”, etc. Y surge en mi muchas dudas, ¿Qué es lo que sucede en estos lugares para dar semejante afirmación? ¿Cuáles son las “manifestaciones espirituales” que suceden? Muchos de ellos dan como base Bíblica la experiencia que vivieron los discípulos en el cenáculo de Jerusalén el día de Pentecostés. Relato que nos ha llegado a nosotros por medio del libro de los Hechos de los Apóstoles 2, 1-13. Y surgen más dudas en mi persona, ¿Qué es lo que Lucas, autor del libro, nos quiso decir con este relato? ¿Pentecostés que significa etimológicamente? Y ¿Cuál es el sentido o interpretación más adecuado para el texto?


Pues bien voy a intentar explicar por medio de una exegesis el texto de Lucas. Intentaré sacar su simbología y paralelos que tiene con la Religión y Cultura del pueblo Judío, también trataré de sacar su sentido Teológico, que al final es mi objetivo. Pues bien, empecemos.

1) Explicación Exegética del Texto:

Lo primero que voy a explicar, es que la palabra PENTECOSTES no es Hebrea, es griega pentékosté traducción hecha por la Biblia de los Setenta de la “Fiesta de las Semanas” del pueblo Judío. Esta “fiesta de las semanas” es la trasformación de un festival agrícola cananeo en una fiesta de culto a Yahvé: “al acabar la cosecha, los antiguos israelitas hacían la ofrenda de los primeros frutos a Yahvé, el Dios Santo de Israel que les había dado la tierra de Canaán” . Pero esta fiesta de pentecostés judío, tiene otros nombres como: “Pentecostés: “cincuenta días”, aludiendo al número de días que hay entre la fiesta de la Pascua y la de Pentecostés; Fiesta de las semanas: por las siete semanas, más un día, que se contaban entre Pascua y Pentecostés; Fiesta de la cosecha, o de la siega: debido a que Pentecostés se celebraba cuando se terminaba la cosecha de los granos principales, los de cebada y los de trigo; Fiesta de las primicias: aludiendo a su sentido pues en estas fiestas se presentaban en el templo, ante Yavé, las primicias de la recolección del trigo” .

Por lo tanto podemos decir que la “Fiesta de las Semanas o Pentecostés” judío: es claramente una fiesta de agricultores, que posterior a la instalación del pueblo de Israel en Palestina en la región de los Cananeos copia esta fiesta. “Presentas ante sus dioses los primeros frutos de cada cosecha era una costumbre típica de esos pueblos paganos” . Lo que hizo el pueblo Judío es “Judaizar” esta fiesta pagana-cananea. Esta Judaización tenía como objetivos: “dar acción de gracias a Dios por la tierra recibida (recordando la promesa de Yahvé en el Éxodo 3, 7); celebrar el jubileo judío de la libertad (recordemos que cada 50 años se celebraba en el pueblo Judío la condonación de todas las deudas económicas, para desaparecer las diferencias económicas en el pueblo Levítico 25, 10); donación de la Ley (los rabinos del siglo II de nuestra era, relacionaron Pentecostés con este recuerdo, Dios da la ley a Moisés Éxodo 20, 1-21)

Ahora que hemos visto qué significado tiene el Pentecostés Judío, vamos a ver qué interpretación o idea, quería darnos Lucas, con su versión de los Hechos Apóstoles 2, 1-13. “El suceso relatado por Lucas ocurre cincuenta días después del “éxodo” llevado a cabo por Cristo en Jerusalén” . Lucas lo que pretende es simbolizar en este acontecimiento es trabajar la temática de “Antigua Alianza-Nueva Alianza”.

Estos símbolos están muy marcados en su relato, recordemos que los que reciben el “Espíritu” son judíos de la antigua alianza, o sea la antigua alianza representa al pueblo de Israel, que recibió la llamada de Dios para ser su pueblo, aquí la figura representativa es Moisés. La nueva alianza representa a la Iglesia, que nace del espíritu, con la misión de llevar al mundo el mensaje de Cristo, teniendo como figura representativa a Jesús de Nazaret.

Con el simbolismo de las Lenguas de Fuego, Lucas nos quiere explicar el universalismo que tiene el mensaje de Cristo. Recordemos el relato de la Torre de Babel, del libro de Génesis 11, 1-9. Donde los seres humanos tienen una misma lengua, un mismo objetivo, un mismo pensar, etc. Yahvé actúa y les confunde la Lengua, para que no sigan en su proyecto de “querer ser como dios” . Y esta uniformidad del lenguaje va contra la voluntad de Dios, “la creatividad humana no puede limitarse a una sola forma de hablar” .

En el relato de Pentecostés de Lucas, se nos dice que manifestándose el Espíritu, en formas de lenguas de fuego, los discípulos después de ser bautizados en el Espíritu, lograron hablar las maravillas de Dios. Entremos en contexto del relato, la mayoría de los discípulos y de los judíos que llegaron a la “fiesta de las semanas”, son judíos de la diáspora. Los discípulos, que son en su mayoría judíos de la diáspora, conocen las lenguas que hablan en la diáspora. Pero el énfasis que da el bautismo en el espíritu, no radica en hablar lenguas extrañas, sino en “Hablar las Maravillas de Dios”, ¿Qué hablan estos discípulos bautizados en el espíritu” pues que Dios ha terminado un tiempo viejo (antigua alianza- pueblo Judío) y ha nacido un tiempo nuevo (nueva alianza – la Iglesia).

¿Qué nos quiere decir todo esto? pues que el tiempo nuevo, nos trae un mensaje, ya no exclusivo de un pueblo (Israel), sino que es de toda la humanidad, lo que se predica según el espíritu son las maravillas de Dios manifestadas y cumplidas en Jesús. El mensaje es Jesús de Nazaret, la buena noticia es el reino, y su mensajero es la Iglesia.

2) La Iglesia Primitiva una Comunidad Neumatológica: (características)

Después de todo este contexto exegético, vamos a intentar sacar las características de esa iglesia o comunidad Neumatológica.
a) Que es la Comunidad la que recibe el Espíritu: Dios no regala el paráclito en a una persona o grupo en particular. El Espíritu es para la Comunidad, que simboliza a la Humanidad Entera, donde la Iglesia está llamada a ser sacramento del espíritu.

b) Que el espíritu empuja a la comunidad a predicar un tiempo nuevo, “tiempo del Espíritu”, que no es otra cosa que el tiempo de Jesús, en él se cumplen las promesas del AT y el NT. Por lo tanto el espíritu nos empuja a ser Jesuánicos.

c) Que el espíritu nos lleva a ser seguidores de Jesús. Y este, tiene una misión concreta en el mundo, hacer presente con su vida “El Reino de Dios”, la iglesia está llamada a ser constructora del renio de Dios.

d) Que el espíritu da sentido a la apostolicidad de la Iglesia. Ojo no son los Apóstoles los que dan sentido a la Iglesia, es el espíritu quien da sentido a la Iglesia, donde los apóstoles son servidores y propagadores del espíritu, no sus dueños.

e) Por lo tanto una Iglesia Neumatológica, es una Iglesia que tiene por características: Universal, Cristocéntrica, Apostólica y Sacramento del Reino de Dios.


3) La Iglesia Primitiva modelo de Vida Comunitaria:


Aplicando estas características a nuestras vidas, como Familia, como Movimientos eclesiales, como Iglesia Católica y como salvadoreños, preguntémonos: ¿tienen todas estas realidades (familia, movimiento, iglesia, país) estas características espirituales? ¿Luchamos porque nuestras vidas sean “vidas en el espíritu”? ¿Somos dignos portadores de esta buena noticia?.

Si pretendemos ser familia, movimiento eclesial, iglesia, país, que viva según el espíritu de Dios, tenemos en primer lugar ser recinto universal de salvación, no somos exclusivos, nada ni nadie puede encajonar el espíritu, ya que le pertenece a la humanidad entera. Y es en la comunidad donde reside el servicio de los Apóstoles. La apostolicidad no dan sentido eclesial la comunidad, sino que es el espíritu quien convoca a comunidad y apóstoles al servicio de la humanidad.

Debemos de ser una comunidad Cristocéntrica, que coloque a Jesús como único centro (no el padre o la madre que mandan en la familia, no el líder o coordinador de la comunidad, no el obispo o el papa para la iglesia, no los políticos o los dueños del capital, etc) Ojo todos dicen que son cristocéntricos, habrá que ver si nuestra ortodoxia y nuestra ortopraxis, se asemejan a Jesús, “si en realidad se asemejan, sencillamente seremos perseguidos por los poderes de este mundo”.

Por último debemos ser como Comunidad Sacramental del Reino de Dios. O sea símbolo donde se note que la justicia, la Igualdad, la fraternidad, el amor. Son vivencias y lazos fraternos entre todos, ya que nadie está por encima del otro, sino que todos somos uno en Cristo Jesús como lo dice San Pablo. ( EF 2, 11-21)

Por lo tanto:

a) El espíritu no nos encierra en un grupo pequeño, que sea exclusivo de Dios, más bien el espíritu nos empuja a llevar la Salvación a la humanidad.

b) El espíritu no nos aparta de la realidad, sino que nos lleva a transformarla. Para evitar esa “Espiritualización alienante” que tanto campea en nuestra realidad”.

c) El espíritu nos lleva a pregonar al mundo entero que solo Jesús es único Señor y Salvador, no hay salvación en el poder, prestigio y Placer, esos son los ídolos que hay que destruir.

d) El espíritu es quien da sentido al servicio Apostólico de la Iglesia.

e) El espíritu nos lleva como comunidad eclesial, a ser signo visible y creíble del Reinado de Dios, aquí y ahora. Creando espacios de verdadera comunión, dejando las divisiones, los choques. Procurando ser vehículo del amor de Dios por la Humanidad.

Ya para ir concluyendo. Pentecostés es un tiempo litúrgico que celebramos en nuestra Iglesia Católica, para recordarnos que pertenecemos a una Comunidad de hermanos y hermanas que somos uno en Cristo. Que estamos llamados a llevar la buena noticia del reinado de Dios a la Humanidad y que nuestra única centralidad esta en Jesús de Nazaret. “Aquel que nos amo Primero” (RM 8, 37)
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miércoles, 30 de marzo de 2011

Poema a Mons. Romero. (Fátima Torres Alarcón)

La autora de las siguientes líneas es una de nuestras alumnas en el colegio Externado de San José, en El Salvador. Tiene 14 años y a su corta edad puede expresar muy maduramente lo que para ella significa La figura de Mons. Romero. Una vez más se comprueba aquella frase de Jesùs "que de los que son como niños, es el Reino de Dios"

Oscar Romero, El buen amigo.
Un hombre muy bueno desde niño,
compartió con la gente su cariño
llevando la verdad siempre consigo.

Se convirtió en la voz de su pueblo,
amaba la justicia y la verdad.
Sus ideales buscaban libertad,
pretendieron callar y matar su sueño.

Cuando el pastor grita todo tiembla,
cuando dice la verdad todos callan,
cuando suplica justicia no la halla...
Pero, cuánto cosecha el que con amor siembra.

Tuvimos en El Salvador vivo un santo,
al que no quieren canonizar...
¿Cómo la iglesia puede callar
la voz del profeta y no oír su canto?

El profeta sabía que le iban a matar,
de lo alto vino su fuerza.
Con profunda oración... vivió la cuesta
que le llevo a morir para dar.

Darse a sí mismo hasta vivir
una vida santa y pura.
Darse todo con locura,
locura de amar hasta morir.

Así era Oscar y su amor.
Hombre recto de profunda oración.
Quiero hoy entonarle mi canción
y decirle: sigues vivo en le dolor.

En el dolor que tú pueblo sintió
cuando aquella noche oscura,
ese día de marzo, cuan iglesia pura,
que terrible y triste lo que vivió.

¡Qué canalla el que te quitó
de este mundo la vida terrena!
El país entero sufrió de pena.
Pobre iluso... pensó que te mató.

Porque tú vives en tu gente.
Resucitaste en tu pueblo buen pastor.
Mi generación hoy te dice: Monseñor.
Que ilumines desde el cielo nuestro corazón.
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jueves, 24 de marzo de 2011

MONSEÑOR ROMERO, UN BUEN PASTOR (Francisco Castillo y Nahúm Ulín)


Un día de estos mi compañero Nahúm Ulin me propuso meditar la lectura de Ezequiel 34, y me dio una clave de interpretación, ¿se aplica las características que Ezequiel da al buen pastor en Monseñor Romero? Y, de está pregunta, nos propusimos hacer una pequeña reflexión aplicando dicha lectura a los pastores (obispos, sacerdotes, líderes religiosos) de la actualidad salvadoreña, este punto lo analizaría Nahúm Ulin; yo le aplicaría la lectura a la figura tan enigmática que ha sido y sigue siendo M. Oscar Arnulfo Romero.

Lo primero que deseo expresar es que me siento honrado el intentar dar una pequeña reflexión sobre una de las características más bellas que tuvo nuestro Obispo Mártir. Cabe destacar que ya otros (Sobrino, Ellacuría, etc.) han escrito sendos estudios sobre la temática que me interesa. Pero apelo a la necesidad que siento en mi interior de expresar lo que me causo la lectura de Ezequiel, teniendo como punto de reflexión a Oscar Romero.

Ezequiel como todos sabemos es uno de los Profetas más enigmáticos de la historia del pueblo de Israel. Y, en nuestra tradición cristiana es ubicado en el orden de los Profetas Mayores de Israel. No hay que ser experto en Antiguo Testamento para saber que dicho profeta de donde se inspira el libro que tenemos en la actualidad juega un papel fundamental en aquella bella e inspiradora corriente llamada “Profetismo de Israel”. Pues bien, Ezequiel capitulo 34 nos habla sobre una “Palabra” dicha a Ezequiel por parte de Yavé, Palabra que es dirigida a los pastores de Israel, ¡Ay de ustedes, pastores de Israel: pastores que solo se preocupan de ustedes mismos! …, y sigue la lectura. Invito a leer en este momento el capítulo 34 de Ezequiel, para no trasladar íntegramente el texto y así dedicarme a interpretar las características del buen pastor.

“Las características del Buen Pastor”

El Buen pastor se preocupa de su rebaño: Según Ezequiel, para Yavé, el buen pastor es aquel que se preocupa por sus ovejas. Qué significa en este contexto “preocupa”. Pues nada más que estar pendientes de que no le falte lo vital a las ovejas para que vivan dignamente. Les facilita la leche, las viste con la lana, les lleva a lugares fértiles para pastar, se interesa por las débiles y busca a las perdidas. En fin, preocuparse por las ovejas es velar por que no les falte nada para vivir.

El buen pastor es punto de convergencia y no de dispersión: En el verso 5 del capítulo en estudio, se nos dice que, por falta de un buen pastor, las ovejas se han descarriado y se han vuelto presa fácil de las fieras. El buen pastor no solo las llama al seguimiento fiel, sino, que se gana la simpatía de sus ovejas. Al ser bueno con ellas, estas le siguen pues saben que con él estarán más que seguras.

El buen pastor busca a la oveja perdida: Según Ezequiel, una de las características fundamentales para ser buen pastor es tener la capacidad de buscar a la oveja perdida, pues forma parte de su rebaño, y el rebaño no es digno si le falta una de las ovejas, especialmente la descarriada.

El buen pastor venda a las ovejas heridas y fortalece a las enfermas: el buen pastor busca en todo momento el bienestar de todo su rebaño, y tiene la delicadeza de cuidar a las ovejas que se han herido por el ir y venir. No puede descansar hasta que sus ovejas heridas están vendadas, tiene noches de desvelo por aquellas que están enfermas. Su felicidad es verlas a todas saltando de alegría en los pastizales.

El buen pastor apacenta a todas con justicia: el buen pastor, no concibe que una oveja este más gorda que otra, por lo tanto procura que todas tengan acceso en equidad a los pastizales, que él les facilita a todas. Y cuando hay una más gorda que otra, según el verso 16, las elimina.

“Monseñor Romero un Buen Pastor”

Ahora intentare aplicar las características que Ezequiel coloca al buen pastor, y las contrastaremos con Monseñor Romero.

Monseñor Romero el Obispo que se preocupo por todo el Pueblo Salvadoreño:

Cuando fue electo para ser Arzobispo de San Salvador, Monseñor Romero, no fue bien recibido por toda la feligresía del país, ya que fue electo para detener a una Iglesia que se veía cada vez más llamada a la opción por los pobres y a su liberación de la opresión de una minoría rica y privilegiada que seguramente fue la que pidió al Vaticano se eligiera a este hombre para que se mantuviera la relación Iglesia - poder.

Pero, “los designios de los hombres no son los designios de Dios”. El tiro les salió por la culata, Monseñor Romero ha sido el obispo que más se ha preocupado por el pueblo salvadoreño. Él no fue un jerarca alejado de los pobres, alejado de los marginados, alejado de la realidad social de un pueblo que urgía de un buen pastor. Monseñor Romero hizo un obispado al servicio de todo un pueblo. Él como todos sabemos se preocupo en serio porque la realidad salvadoreña cambiará para bien de todos, incluso de aquellos que lo odiaban. Monseñor Romero hizo que la Iglesia tomara en serio esa opción que Medellín describe textualmente como “opción por el pobre”, y esta opción significara para Monseñor Romero un punto de inflexión, donde por amor a Jesús y a los Pobres deberá optar ó, por los que defienden la vida, ó por aquellos que ven en la muerte, desaparición y tortura, la única opción.

Nadie puede refutar el hecho de que Monseñor Romero se ha preocupado por el pueblo salvadoreño, campesinos, analfabetos, niños, mujeres, sindicalistas, clandestinizados, militares, ministros, embajadores, presidentes, líderes políticos, etc. Siempre tenían tiempo en su agenda, aunque como todo un buen pastor, no podía tratar por igual a sus ovejas (gorda y flaca según Ezequiel) Monseñor Romero, siempre priorizo por los pobres, campesinos, a la gente humilde, pues, él sabia que ellos en realidad eran los que lo necesitaban. Esta parcialidad no se la enseño ninguna Ideología, sino el mismo Jesús de los Evangelios.

Monseñor Romero el Obispo donde convergieron la Iglesia Católica y el Pueblo pobre Salvadoreño:

Una de las frases que más me duele escuchar en algunos Salvadoreños, es que Monseñor Romero solo buscaba dividir al pueblo salvadoreño provocando la “lucha de clases”. Lo que muchos de estos no entienden es que el mismo evangelio lleva a la confrontación entre el bien y el mal. El mismo Jesús nos dice “he venido a traer fuego a la tierra y como quisiera que ya estuviera ardiendo” (LC 12, 49-53). La naturaleza del Reino de Dios según el P; Sobrino SJ, por su antítesis que es el Anti-reino, lleva a una confrontación, pero, en este punto quiero destacar que el mismo M. Romero nos aclara la naturaleza de esta problemática: “El conflicto no es entre la Iglesia y el gobierno, es entre el Gobierno y Pueblo… La Iglesia está con el Pueblo y el pueblo está con la Iglesia, ¡gracias a Dios!” (Homilía 21 de enero de 1979).

Lo que muchos no entienden desde planteamientos políticos e ideológicos, es que M. Romero sabe aclarar con la clarividencia que da el Espíritu de Dios. Romero sabia que el lugar de la Iglesia era la realidad de los pobres. Es mas de ellos es la Iglesia. Pero lo interesante de esto es ver cómo lo irreconciliable, lo sagrado y lo histórico, convergieron en una Iglesia Popular, donde Dios tiene algo que decir a esta realidad. Sí, la causa de los pobres convergió en la causa de la Iglesia, que no es otra que el reinado de un Dios justo. Por eso podemos decir que M. romero es un buen pastor, ya que en el convergieron todo un pueblo, con una Iglesia que soñaba con la verdadera libertad.

Monseñor Romero el Obispo que busco la conversión de una sociedad perdida:

Hay gente que hasta ahora, 31 años después del martirio de M. Romero, se han dado cuenta que el no hablaba de política, sino más bien el predicaba un evangelio que llamaba a la conversión en varios niveles: conversión de la realidad política, de la realidad económica, de la realidad social, pero también llamaba a la conversión personal, y él como un verdadero Obispo, no limito su llamado de conversión, sino más bien, fue como Jesús. Integral en su llamado a la conversión de todo un pueblo que estaba perdido. En varias de sus homilías queda claro sus llamados de conversión a la sociedad y a la persona. Cito una de sus homilías donde nos llama a todos a un verdadero encuentro con Jesús, “como quisiera hermanos, que el fruto de esta predicación fuera que cada uno de nosotros fuera a encontrarse con ese Dios” (Homilía 10 de febrero de 1980). Para M. Romero nadie se conoce en realidad si no se “ha encontrado con Dios” (Homilía 10 de febrero de 1980). Y eso nos muestra como M. Romero procuraba una verdadera liberación, donde Dios tiene lugar.

En el caso al llamado a la conversión de la sociedad salvadoreña, Romero procuro siempre que sus Homilías fueran llamados a la conversión. Para Romero, si la causa de liberación de los pobres no tiene su correlato con Dios, no se he de lograr una autentica liberación. Él mismo en su última homilía de la Catedral de San salvador, lo dijo: “En nombre de Dios les suplico, les ruego, les ordeno” (Homilía del 23 de marzo de 1980). Siempre procuro ser la voz de Dios que llama siempre a la verdadera conversión de un pueblo que necesita libertad.

Monseñor Romero el Obispo que sano las heridas de un Pueblo ensangrentado:

“A mí me toca ir recogiendo atropellos y cadáveres” (Homilía del 19 de junio de 1977). Así M. Romero describe textualmente su ministerio. El fue un Pastor dedicado a su rebaño. De él cuentan que ni tiempo para descansar tenía, que siempre lo buscaban las y los campesinos para pedirle ayuda, consuelo y fortaleza. ¡Qué gran talante de ser humano! para poder tener la capacidad de ir sanando a un pueblo que día a día era ensangrentado por la injusticia de la clase dominante. A él acudían miles en la semana para pedir ayuda, denunciar atropellos y represiones. A él acudían para pedir un poquito de esperanza.

M. Romero fue un verdadero patriota, un verdadero salvadoreño, porque amó, y sirvió al verdadero pueblo salvadoreño. El mismo reconoció en sus ovejas, “al Divino traspasado” (Homilía del 19 de junio de 1977) al cual le debe respeto, obediencia y amor. Qué Pastor, qué hombre más integro, que puso a Dios y a los Pobres por encima de todo.

Monseñor Romero el Obispo de la Justicia de Dios para los Pobres:

Dice Monseñor Casaldaliga: “Todo es relativo menos Dios y el Hambre”. De esto podemos decir que M. Romero tenía muy claro cuál era su misión: Ser el Pastor que procura la justicia para los que se les ha negado la oportunidad de vivir en dignidad.

Y es que M. Romero sabía que el sistema económico, político y social estaba viciado y amañado para beneficiar a los ricos y explotar a los pobres. El mismo lo dice “la ley es como la culebra, solo pica al que esta descalzo” (Homilía 20 de agosto de 1978). “En nuestro país hay un cable de alta tensión, quien lo toque se quema” (Homilía 12 de agosto de 1979). “Que satánico es nuestro sistema, que hace que pobres se maten con pobres” (Homilía 16 de abril de 1978). Pero M. Romero tenía claro que esos cambios, necesitaban de una organización político- social donde los pobres tuvieran un lugar y se les defendiera sus intereses.

Para M. Romero un cambio, un desarrollo que no beneficie a los Pobres no es desarrollo. “De que sirven grandes edificios, y carreteras lujosas, donde solo pasarán una minoría privilegiada… y no el pueblo pobre” (Homilía 15 de julio de 1979). Si el desarrollo y la justicia no son en beneficio del pobre, no hay en verdad progreso. Para él, el sistema económico que no busca el beneficio de los pobres es obsoleto y hay que cambiarlo. “Quítense los anillos señores de la oligarquía, antes que les arranquen la mano” (Homilía 13 de enero de 1980).

No me queda ninguna duda que M. Romero de lo anterior, había hecho toda una Espiritualidad. En él se cumple aquel texto del Evangelio de Mateo 6, 33: “Busca primero el reino de Dios y su justicia, y lo demás vendrá por añadidura”. Él sabía que la justicia de Dios es parcial y exclusivamente para los pobres. Pensar lo contrario, es estar en contra del mismo Dios que revela Jesús. “Bienaventurados ustedes los pobres, porque de ustedes es el reino de Dios” (LC 6, 20).

Ya para ir concluyendo, podemos seguir destacando todas las virtudes que M. romero tiene para afirmar que el es un buen Pastor, pero no quiero terminar sin destacar la cualidad fundamental para decir que M. Romero es buen pastor.

“El buen Pastor es el que da la vida por las Ovejas, (JN 10, 11) Monseñor Romero el Obispo que dio su vida por el pueblo salvadoreño”

El martirio de M. Romero es muestra de su gran corazón: Él estaba APASIONADO por Dios y los Pobres. No me queda ninguna duda que su corazón palpitaba por estas dos realidades. El no podía ser infiel al reino de Dios e infiel al pueblo. Pudiendo escapar, no lo hizo, y su ejemplo no es otro más que el de Jesús de Nazaret, al que de seguro encontró al final del camino. Solo Jesús es capaz de seducir de esta manera, y estoy plenamente convencido, como Salvadoreño, Teólogo y Católico que soy, que M. Romero ha sido el mejor regalo de Dios para nuestro pueblo y nuestra Iglesia Salvadoreña para recordarnos que Dios aun camina con nosotros.

Que viva M. Romero, su sangre nos recuerda quienes son los que de verdad aman a Jesús.
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miércoles, 2 de marzo de 2011

Pastoral Juvenil, el ser de sus agentes. (Vladimir Valladares)

a. ¿De qué estamos hablando?


Cuando hablamos de las cuestiones que implican una pastoral juvenil se vienen a la mente muchas cosas: procesos de crecimiento, itinerarios formativos, programas de liderazgo, acompañamiento etc... Pero también deben aparecer en ese horizonte aquellos que hacen posible la acción de la iglesia dirigida al mundo de los jóvenes y su juventud. Nos referimos a los agentes: El animador y el asesor juvenil.

Para una explicación bastante bien elaborada del ser y hacer de estos dos agentes remito a la lectura del libro “Civilización del amor”. En él podrá encontrarse una hermosa catequesis de estos servidores de la comunidad.

En estas líneas pretendo “decir algo” sobre estos agentes, mas no pretendo simplemente “decir algo más”. Quiero compartir lo que en una ocasión un grupo jóvenes líderes, animadores de grupos juveniles, decían de sí mismos y de lo que esperaban de sus Asesores (“Acompañante adulto” de ahora en adelante).

b. Una aclaración

Antes de transmitir -espero que fielmente- lo que aquellos chicos y chicas expresaban, es bueno hacer una breve aclaración. Cuando hablamos de pastoral, en su acepción general, debemos entender que estamos hablando del “hacer” de la iglesia. Pero no es un hacer cualquiera. Es una praxis que brota de un “ser” que le antecede. Podemos decir con toda propiedad que el “ser” precede, determina el “hacer”. Por lo tanto, no existe una pastoral neutra. Toda pastoral es intencionada, direccionada por la comprensión que la iglesia tenga de sí.

No es de extrañar que cuando los obispos del mundo, convocados por el Papa Juan XXII, se reúnen para celebrar el Concilio Vaticano II la primera pregunta que se hagan es “¿Iglesia quién eres?” y que como resultado de esta reflexión nazca la Constitución Dogmática Lumen Gentium, que no es más que la nueva eclesiología, la nueva concepción que la iglesia universal hace de sí: “somos pueblo de Dios, sacramento de salvación”. Ya no más “una iglesia civilización perfecta, jerarquizada y servida de la humanidad”. Tenemos así el resumen de ese documento.

Una vez la iglesia se ha definido viene la siguiente pregunta “¿Iglesia cuál es tu rol en el mundo?” De esta nueva reflexión y teniendo como parangón lo dicho en la Lumen Gentium se obtiene como resultado el quizás más hermoso documento del Concilio: su Constitución Pastoral “Gaudium et Spes”. Documento en el que se atreven a decir que “los gozos y las esperanzas, las alegrías y las angustias de los hombres son las mismas que de los hijos de la iglesia”. La iglesia comienza a comprender entonces que la única forma de ser verdadero pueblo de Dios y sacramento de la salvación es haciéndose “servidora de esa humanidad de la que no es ajena sino responsable y para la cual tiene una buena noticia”. Es decir: toda pastoral si quiere ser fiel en su actuar no debe olvidar quién y qué es.

c. El ser de los agentes

Volvamos entonces al tema que nos trae aquí. A los chicos y chicas de aquella reunión se les preguntaba: ¿Cómo se definirían así mismo y a sus acompañantes? (EL SER) Y ¿Cuáles deberían ser las tareas de ambos? (EL HACER). Me limitaré a enumerar lo que respondieron sólo a la primera pregunta, es decir: al ser de los agentes.

Sobre los animadores nos dicen:

Un animador de Pastoral juvenil es un joven responsable y organizado, interesado por su comunidad (miembros de su grupo). Es paciente, comprensivo, y con un profundo amor por Jesús.

De los Acompañantes nos dicen:

Un acompañante es: un adulto que es capaz de guiar no simplemente dirigir, ayuda al joven en su proceso de encuentro con Jesús. Sabe trabajar en equipo, escuchar, delegar y corregir, así como dar Valor a las ideas de los jóvenes.

Estas dos definiciones, no acabadas ni últimas, nos dan algunas luces para desprender, en reflexión ulterior, un adecuado hacer de los agentes. Veamos qué intuiciones podemos obtener de lo que jóvenes opinan.

Primero, el camino recorrido: del animador nos dicen que es un joven (iniciando un camino), del acompañante nos aclaran que es un adulto (un iniciado, alguien con cierta experiencia capaz de acompañar al nuevo caminante). El hecho de que comprendan el momento biológico como estado de madurez es muy iluminador.

Segundo, las características propias: ambos agentes poseen características particulares y propias que le dan la singularidad pertinente para realizar la tarea encomendada. Estas características bien comprendidas logran la complementariedad de los dos agentes. Logran la distribución de tareas en beneficio de la comunidad.

Tercero, el nivel del encuentro. Auque los dos siguen siendo discípulos y en constante encuentro con Jesús, del animador se dirá que posee un profundo amor por el Maestro de Galilea, amor que lo llevará a buscar las maneras pedagógicas y didácticas para colaborar a que sus pares, en el momento de reunión, también amen a Jesús. Y del Acompañante, se dice que tendrá que ayudar a los jóvenes en sus procesos personales de seguimiento. Itinerario personalizado que ya no se da en la dimensión grupal sino en la de la camino particular.

d. Concluyamos.

Creo que estamos en tiempos donde hay que devolverle la voz a los jóvenes con los que hacemos camino. Dejarnos interpelar por ellos, ser sensibles a “sus gritos” muchas veces angustiados, e interpretar los signos que nos dan en su forma de ser, de vestir de expresarse. Seamos junto con ellos iglesia, comunidad de hermanos.

En esta reflexión he querido ser fiel a esa convicción y compartir lo que ellos a su vez me compartieron.
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jueves, 3 de febrero de 2011

¿Quién es el Señor de El Salvador? (Frank Castillo)

La respuesta, religiosamente hablando, parece obvia; y es más, miles, por no decir millones de salvadoreños, responderían que es Jesucristo. Pues bien, ahí estriba mi problema: me gustaría me ayuden a responder.


Si en realidad es Jesús el Señor de nuestro país, ¿por qué tanta muerte? ¿por qué tanta violencia? ¿por qué tanta injusticia y pobreza que llega al escándalo? Si la realidad nos dice que quien gobierna este país es el MAL, ¿De dónde la afirmación de que Jesús es Señor de esta Patria?, yo diría, sin embargo, que los “señores” de nuestro país son: el poder, el dinero, la muerte, la injusticia, etc., en fin, nos gobierna el anti- reino.

Si la realidad nos demuestra que estamos adormecidos en un triunfalismo alienante, ¿Qué pasa con nosotros salvadoreños? ¿Por qué no salimos de este sueño?, o solamente ¿no queremos despertar?

Hoy más que nunca vienen a mi mente y a mi corazón aquellas estrofas: “¿A dónde están los Profetas que en otros tiempos nos dieron, las esperanzas de un pueblo?”… dónde están y dónde hay que empezar.

Amigos y Hermanos, los invito a ayudarnos a responder a esta pregunta, denos sus comentarios para iluminar está realidad.
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martes, 18 de enero de 2011

¿Una teo-logía de la comunicación? (parte II) Vladimir Valladares

Continuamos nuestra reflexión sobre el hombre en clave comunicativa. Para ver la primera parte ir a ¿Una teo-logia de la comunicacion? parte I

ii. La Torre de Babel. La dispersión del mensaje

El redactor bíblico para cerrar la primera parte del libro del Génesis, antes de dar paso a la sección narrativa sobre los orígenes del pueblo de Israel, coloca un episodio bastante curioso; es el pasaje que conocemos como de la “Torre de Babel” (Gen. 1 11, 1-8). Los biblistas coinciden al afirmar en que los capítulos del 2 al 11 del Génesis, pertenecientes al Yasvista, son una sola sección donde recuentan de formas varias el mismo esquema “bendición-tentación-caída-signos de misericordia”. Afirmando cómo el hombre perdió el camino que Dios había marcado para su felicidad, pero que a pesar del error humano Dios sigue manifestando su compasión.

Sin hacer caso omiso de los expertos, es posible encontrar en el relato que nos ocupa otra interpretación que no es ajena a la convencional, sino que encuentra en ella su fundamento y que va en la línea de nuestra reflexión. Por la brevedad del relato vale la pena reproducirlo en su totalidad. (En letra CURSIVA  a continuación colocamos el texto y en NEGRITA, más abajo, con referencia a los versículos iremos agregando pistas de reflexión).

1Todo el mundo era de un mismo lenguaje e idénticas palabras.
2Al desplazarse la humanidad desde oriente, hallaron una vega en el país de Senaar y allí se establecieron.
3Entonces se dijeron el uno al otro: «Ea, vamos a fabricar ladrillos y a cocerlos al fuego.» Así el ladrillo les servía de piedra y el betún de argamasa.
4Después dijeron: «Ea, vamos a edificarnos una ciudad y una torre con la cúspide en los cielos, y hagámonos famosos, por si nos desperdigamos por toda la haz de la tierra
5Bajó Yahveh a ver la ciudad y la torre que habían edificado los humanos,
6y dijo Yahveh: «He aquí que todos son un solo pueblo con un mismo lenguaje, y este es el comienzo de su obra. Ahora nada de cuanto se propongan les será imposible.
7Ea, pues, bajemos, y una vez allí confundamos su lenguaje, de modo que no entienda cada cual el de su prójimo.»
8Y desde aquel punto los desperdigó Yahveh por toda la haz de la tierra, y dejaron de edificar la ciudad.
9Por eso se la llamó Babel; porque allí embrolló Yahveh el lenguaje de todo el mundo, y desde allí los desperdigó Yahveh por toda la haz de la tierra.

(Versos: 1-2) Parece que es impensable que los humanos hablen un mismo lenguaje y se establezcan en un único lugar, ya que Dios creó al género humano para que poblara la tierra. Es un ir contra Dios esa uniformación y establecimiento. La creatividad humana no puede limitarse a una sola forma de hablar.


(Versos 3-4) El querer “ser como Dios” se manifiesta aquí en la “cúspide en los cielos... hagamos famosos”. El hombre finito busca retar a Dios en su infinitud.


(Versos 5-9) El “un solo pueblo y confundir el lenguaje” no debe entenderse como una contradicción del querer que la humanidad no se entienda, sino que es un ir en contra del monopolio en todos los sentidos

En la actualidad mucho se habla de “un lenguaje común”, de una forma común de pensar, del mundo como aldea global. Y aunque estas expresiones en sí no tienen nada de peligrosas, si podríamos caer en el peligro de que ese lenguaje y pensamiento común se conviertan en el único, cerrando cualquier otra forma posible. Tanto en los ambientes laicos como religiosos, a lo primero le llamaríamos autoritarismo a lo segundo le llamaríamos dogmatismo.

El pecado de la humanidad en este texto parece ser el olvidar que la comunicación humana posee ese talante creativo que le abre a todas las posibilidades, no puede ser limitado a una sola autoridad que le indique por dónde ir. Sin que esto signifique tampoco caer en el extremo de tener tantos "lenguajes" en los que al final la humanidad tampoco se comprenda.

La comunicación humana va en la línea de la dispersión, sin que esto signifique un individualismo camuflado de particularidad. Hablamos entonces del respeto a la diversidad, de que la cultura del hombre no puede encasillarse ni limitarse a un único estilo.

Esto nos ayuda a comprender mejor que cuando hablamos de la misión de la Iglesia de llevar el Evangelio a toda criatura, de comunicar aquello que se nos ha revelado en Jesús, el mensaje sólo puede ser ofertado y respetuoso del receptor, como ofertada y respetuosa fue la encarnación del Hijo de Dios. La evangelización debe ser un diálogo con la cultura de lo contrario no sería comunicación sino imposición. De no ser así, en lugar de provocar vida en el diálogo, la imposición provoca la muerte de aquellos elementos propios de la cultura.
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martes, 4 de enero de 2011

Educar es un Arte (Vladimir Valladares)

Los latinos tradujeron por "arte" aquello que los antiguos griegos denominaban como tekné. Para éstos la tekné no se reducía al mero hacer algo, ni los teknicós eran los que simplemente hacían cosas. La tekné era un modo de saber, es decir es un "saber hacer" y el acento de este binomio se encuentra en el saber de eso que se hace. De este modo el ejecutor de la acción no es un mero artesano sino un sabio. Dicho los anterior podemos comprender, entonces, que esto del Arte.


La educación, vocablo latino que significa literalmente: extraer de adentro, tiene como objetivo la extracción de lo mejor que el alumno posee, hacerle darse cuenta de sus potencialidades y logre así desarrollarlas. Pues esto que es tan fácil de escribir en un par de líneas no es tan sencillo en su práctica, razón por la cual la educación es un arte, y los educadores verdaderos artistas.

Pero la educación como arte tiene ciertas características, no acabadas ni únicas, que en mi experiencia he descubierto. Permítaseme anotarlas y compartirlas:

1. Como todo arte la educación requiere práctica y disciplina. Esto significa que los espacios educativos creados por el docente para favorecer el desarrollo de los alumnos se van perfeccionando conforme se van poniendo en práctica. Y el mejoramiento de estos espacios se consigue mediante el docente comprende que lo que hace es perfectible en la medida los ejercita.

2. Como en todo arte no existe en educación una única forma de hacer las cosas, sino que es la creatividad del artista la medida.

3. También es importante recordar que el arte como modo de saber implica que el artista sepa con certeza de aquello de lo que habla. Además de saberlo explicar de múltiples formas según las necesidades de sus aprendices.

4. Y para terminar, la educación como modo de saber no puede ser comprendida solamente como una labor intelectual donde el acento es la razón. Sin desmentir lo anterior, he de agregar que la educación como sabiduría es un saborear aquello que se comparte. El educador debe amar lo que sabe hacer, amarlo de tal forma que pueda notarse el gusto que siente por lo que hace, gustarlo tanto hasta el punto que sus alumnos gusten aquello de lo que el maestro gusta. De esta forma la educación deja de ser sólo atención a la racionalidad y pasa a ser una labor del corazón. Una labor de enamoramiento. Entonces educar se convierte en el encuentro de dos corazones.
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